miércoles, 18 de septiembre de 2013

Inauguración

Hola a todos!

Finalmente pongo manos a la masa a este blog. Es un poco difícil comenzar a escribir, pero espero que con el tiempo las ideas fluyan más claramente. 

Me presento brevemente! Me llamo Yuki y soy una paraguaya viviendo en Japón desde hace seis años, actualmente en la provincia de Gunma. Hasta ahora encuentro que es un lugar tranquilo, sísmicamente hablando es bastante estable (con esto quiero decir que los terremotos los sentimos en general más leves comparados a otras áreas de Japón), al menos esa es mi impresión en este tiempo que llevo aquí (un año y medio).

 He vivido sin duda muchas experiencias memorables y marcantes, una de ellas fue haber conocido al amor de mi vida, Caio, aquí jejeje! Una persona muy especial con quien comparto mi vida. Este año concretamente, decidimos tomar un paso importante... Sí! Decidimos traer a casa a dos huroncitos hermosos! Jajaja! 

Tengo que confesar que al comienzo no tenía ni la más mínima idea de lo que era un hurón. Para mí eran bichitos salvajes, si hubiese visto una foto no sabría ni identificarlos. Pero ahora nos conquistaron totalmente, son unos amores de seres y cada día intento educarme más para conocer todos los cuidados específicos que ellos requieren! 

Inicialmente quería un perro. Claro, soy una fan incondicional de los Corgis, pero la gran dificultad aquí en Japón es que en la mayoría de los departamentos alquilados no permiten tener mascotas, por el ruido y por los posibles desastres que éstos puedan hacer. Pobrecitos! Pero se me ocurrió que tal vez podríamos tener una mascota menor, como un conejo. Cada vez que iba a las tiendas para el hogar o al shopping iba a ver la sección de animales y me quedaba babando jajaja! Otro problema es que, tanto perros como gatos, son extremadamente caros aquí en Japón (he visto caniches de 3000 dólares, el promedio es de unos 1500 dólares más o menos, aunque por 700 ya encontrás algunos). Como sea, para mí ya resultan muy caros, sin contar que la mejor opción sería adoptar (más adelante hablaré de eso). 

A Caio no le entusiasmó mucho la idea de tener un conejo. Tal vez por prejuicios, ya que los conejos son animales presa, por lo cual, según el, les hace bastante miedosos y difíciles de interactuar y jugar con ellos, al menos hasta que después de un tiempo se acostumbren a uno. Básicamente, a él le encantan los perros, porque son compañeros y juguetones y crean un lazo único con su dueño. Así que un sábado, hablando sobre eso, él me sugirió la idea de ver hurones. Él había leído que los hurones son animales predadores, así como el perro y que mostraban características parecidas, al menos en algo. Así que fuimos a una tienda de mascotas del Joyful Honda y les dimos una miradita. Habían varios, blancos con ojos negros, albinos y más oscuros, hablando mal y rápido (son sables en realidad). Decían que eran hurones Marshall. Casi todos estaban durmiendo a esas horas de la tarde y por más que intentaba despertarlos (sí, soy una malvada! :P), no me hicieron caso. No estaba aún del todo convencida, más por el tema del precio (éstos estaban entre 45,000 y 49,000 yenes) entonces decidimos ver más opciones. Buscamos otras tiendas de mascotas pero ese día no encontramos nada. 

Al día siguiente, fuimos a otro Joyful Honda. Ahí si, encontramos hurones también, solo que éstos estaban más accesibles! Habían tres, eran unos Path Valley. Dimos un montón de vueltas pensando qué ibamos a hacer, hasta que al final decidimos traer a uno. A mí me gustó uno que era color claro, marroncito y a Caio le gustó el más oscurito. Sin saber mucho de colores de hurones, pensé que el oscurito parecía ser el más típico de su especie y además estaba despierto, así que nos decidimos por ese. La atendiente me pasó el hurón y yo no sabía ni cómo agarrarlo jajaja! Estaba con una cierta aprehensión y miedo. Sin contar que me dio unas mordidas leves. Su pelaje me pareció un poco áspero también. Nos dijo que era un machito.

Cuando estábamos llenando formularios y esas cosas, vimos que había un búho blanco fuera de la jaula aunque amarrado a un poste que le estaba mirando directamente a él, que estaba dentro de una pequeña caja de vidrio y también le miraba al búho, pero estaba algo nervioso y quería salir de la jaula. En una de ésas lo saqué y me dio unas cuantas mordidas fuertes, me dejó unas puntadas en la piel con un poquito de sangre. Ahí mismo pensaba: Qué carajos estoy haciendo! Jajaja! O sea que le tenía miedo. Sobretodo porque esos caninos parecían (y son) bien afilados!

Bueno, antes de que la historia se haga más larga, así fue como Yoshi pasó a formar parte de nuestras vidas. Al comienzo solo se las pasaba mordiéndonos, que era y es su forma de llamarnos para jugar con él, aunque lo estábamos educando para que aprendiera que no es bueno mordernos. Pero percibimos que pedía demasiada atención, tal vez porque se sentía solito. Eso sí, el comienzo fue super bueno con los horarios, los respetaba naturalmente sin problemas. Aunque no importaba cuánto me mordiese, le perdí miedo y ya estaba encantada por él! Era solo cuestión de que se acostumbrase a nosotros.

Unas semanas después, leyendo sobre hurones, Caio me dijo que tal vez sería bueno una compañía para Yoshi. Los hurones son animales sociales que viven más felices si tienen un amiguito (o más) al menos, así que diálogo aquí, diálogo allá, decidimos ver otro hurón. Lo que yo quería era ver si aún estaba el otro amiguito de jaula, el marroncito que me llamó la atención. Pero no estábamos seguros de que aún iba a estar ahí, o si alguien ya lo había comprado. Quince días después, a la salida del trabajo, fuimos a ver y para nuestra grata sorpresa aún estaba ahí! Estaba durmiendo pero se despertó y vino hacia nosotros. Ahí supe que era el mismo. Esta vez, cuando la atendiente me pasó en los brazos, ya estaba con más confianza y como preparando la piel para recibir mordidas. Grande fue mi sorpresa al ver que no me mordió para nada! Jajaja! Empecé a hacerle fiesta a la huroncita (era una nena) y más feliz nos pusimos cuando, al ver los formularios, nos percatamos de que los dos nacieron el mismo día y por lo tanto eran hermanitos! Qué emoción! Así es como Puffy llegó a casa. Otro día cuento cómo fue el reencuentro y esos detalles, o sino se hace muy largo jajaja! 


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